rejuvenecimiento celular: ¿es esta la fuente de la juventud?


Es el año 1513: cientos de navegantes deciden hacerse a la mar para explorar el Nuevo Mundo, lo que es hoy América. Cuenta la leyenda que el explorador español Juan Ponce de León, lleno de interés tras oir las historias de nativos índigenas sobre las aguas curativas de un río perdido que es llamado “Jordán”, sale desesperadamente en busca de esta supuesta fuente de la juventud, en busca de la vida eterna [1].

Esto no es más que una leyenda, pero, ¿y si te dijera que a día de hoy podemos estar más cerca de lo que creemos de ser capaces de rejuvenecernos a nuestro antojo?

Aunque de lo que te vamos a hablar en esta entrada se aleja un poco de lo que hemos ido hablando las pasadas semanas, creemos que puede interesarte muchísimo, tanto como a nosotros.

 

Poniéndonos más técnicos, el envejecimiento se puede entender como un proceso biológico que afecta a todos los humanos y con el que aumenta la susceptibilidad a padecer una gran diversidad de enfermedades, entre ellas el cáncer o la enfermedad de Alzheimer. A un nivel molecular, define el progresivo declive en la capacidad de las células de un organismo de hacer frente al estrés y a las enfermedades [2,3].

En un principio, parecía que este era un proceso del todo inevitable. Sin embargo, los avances en el conocimiento científico de qué ocurre en el envejecimiento (quedando todavía muchas cosas por aclarar), y el desarrollo de la reprogramación celular, han permitido empezar a pensar que quizá el envejecimiento pueda revertirse. Si no sabes muy bien que es eso de la “reprogramación celular”, te recomendamos pasarte de nuevo por una entrada en la que ya lo explicamos.

 

Antes de conocer este tan famoso concepto de la reprogramación celular, otros anteriores y que surgen al mismo tiempo han permitido llegar a esa conclusión de que, como si fuéramos el mismísimo Benjamin Button, nuestro envejecimiento puede “ir para atrás”.

Estamos hablando de hechos como el descubrimiento de las propiedades rejuvenecedoras de la sangre, donde se vio por distintos experimentos que exponer tejidos y órganos viejos a sangre joven rejuvenecía las células madre de estos. Por otro lado, se ha descubierto que lo que comemos afecta a nuestra forma de envejecer, ya que nuestra nutrición está muy relacionada con el funcionamiento específico de algunas de las más importantes rutas metabólicas de nuestras células. Los tratamientos con fármacos capaces de inducir la muerte de células envejecidas o senescentes, denominados senolíticos, también ha llevado a la conclusión de la plasticidad del envejecimiento [2].

 

Ahora bien, la reprogramación celular, un concepto expuesto por primera vez en 2006 por los investigadores Kazutoshi Takahashi y Shinya Yamanaka, ha sido el punto de inflexión en nuestra manera de entender el envejecimiento.

Y ahora puede que te preguntes, ¿y qué ocurre para que devolver a una célula diferenciada a su forma indiferenciada la haga “más joven”?. Pues bien, lo que la reprogramación celular permitió descubrir acerca del envejecimiento es que este, a nivel celular, ocurre principalmente por una desregulación del conjunto de marcas que tenemos en nuestro ADN y que, sin alterar su estructura, sí que modifican como este se expresa, lo cual influye en los niveles y actividades de todos los componentes de la célula [2,3,4]. Este concepto es conocido como el epigenoma (también hablamos de esto en otra entrada anterior).

Entonces, parece ser que lo que la reprogramación celular haría para rejuvenecer las células es “reordenar” este epigenoma a como estaría en un estado más indiferenciado, más joven de la célula.

 

Aunque esto te haga pensar que hemos descubierto  la clave para evitar tantas terribles enfermedades y sufrimientos en los humanos, la realidad es que estamos lejos de poder aplicar esto a la terapia clínica, y por varias razones.

La principal es que un gran problema que tiene la reprogramación celular es que por la manera que hemos dicho que hace rejuvenecer a las células, también las hace perder su identidad celular, es decir, desdiferenciarse. Esta desdiferenciación se ha visto muy asociada en experimentos de reprogramación celular en ratones con la proliferación de tumores de origen embrionario, es decir, teratomas [2,3,4]. Por tanto, es imposible aplicar esta metodología a los seres humanos si no conseguimos separar el rejuvenecimiento de la desdiferenciación.

 

Pero tranquilo, porque este problema ya hace varios años que se solventó. En 2016, un grupo de investigación del Instituto Salk de California, liderado por Juan Carlos Izpisua Belmonte, descubrió que induciendo la expresión de los factores de Yamanaka en ratones por un corto periodo de tiempo se conseguía evitar en estos el desarrollo de cáncer [3,4]. A esto se le llamó como reprogramación celular parcial, donde se consigue que las células queden en un estadío intermedio del proceso de desdiferenciación, que puede revertirse tras terminar el tratamiento, pero se ven beneficiadas por los efectos rejuvenecedores epigenéticos que tiene dicho método.

Otras razones, además de esta, por la que la aplicación terapéutica de esta técnica todavía esta lejos de ser una realidad es que, según afirman muchos expertos en el tema, la reproducibilidad de los estudios de rejuvenecimiento en ratones no ha sido todavía comprobada. Además, también cuestionan el hecho de que el rejuvenecimiento relativo de los tejidos de estos modelos animales vaya de la mano con una significativamente mayor salud y esperanza de vida [4].

 

De todas formas, lo que nos queda claro de todo esto es que si conseguimos optimizar la reprogramación celular y así manipular eficazmente el epigenoma de las células, el control del envejecimiento y con ello la extensión de la vida humana podría estar en la palma de nuestras manos.

Te dejamos a continuación un pequeño test que puedes hacer para comprobar si has entendido bien los principales conceptos de esta entrada, ¡dale caña!

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¡Gracias una vez más por seguirnos cada semana, y hasta la próxima!

 

Referencias

  1. de Escalante Fontaneda, Hernando (1575). Memoria de las cosas y costa y indios de la Florida, que ninguno de cuantos la han costeado, no lo han sabido declarar.
  2. Simpson, D. J., Olova, N., & Chandra, T. (2021). Cellular reprogramming and epigenetic rejuvenation. Clinical Epigenetics, 13(1). https://doi.org/10.1186/s13148-021-01158-7.
  3. Ocampo, A., Reddy, P., & Belmonte, J. C. I. (2016). Anti-Aging strategies based on cellular reprogramming. Trends in Molecular Medicine, 22(8), 725–738. https://doi.org/10.1016/j.molmed.2016.06.005.
  4. En busca de la eterna juventud: un sueño científico plagado de escepticismo. (2022, December 27). MIT Technology Review. https://www.technologyreview.es/s/14847/en-busca-de-la-eterna-juventud-un-sueno-cientifico-plagado-de-escepticismo.

Ángel Izquierdo, 25/11/2023


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